El texto, que sustituye al reglamento del 2003 relativo a abonos, extremará el control de los productos de importación y limitará el uso de contaminantes como el cadmio en su composición. Los fabricantes tienen ahora tres años para adaptarse.
La coincidencia de fechas hace que éste sea el primer foro en el que se aborde la nueva reglamentación para la introducción de fertilizantes de productos fosfatados.
El I Foro Internacional de Microorganismos Agrícolas Microbioma incluirá entre los temas a tratar el panorama que se abre tras la nueva normativa de la Unión Europea aprobada por el Consejo de la Unión que regula la introducción de fertilizantes de productos fosfatados.
Concretamente las implicaciones de este nuevo marco normativo serán abordadas en sendos bloques, en el dedicado a Legislación, así como en el dedicado a los Fertilizantes de Origen Microbiano, aunque por supuesto será objeto de consideración durante todo el Foro.
Una clara apuesta con la reducción de contaminantes
La apuesta de la UE por la economía circular y la reducción de los contaminantes en la agricultura se acaba de materializar hoy con la aprobación de una nueva normativa para la introducción de productos fertilizantes en el mercado de la UE.
Además de extremar los controles sobre abonos de importación, entre otras cosas, promueve el uso de productos de origen orgánico y limita el uso de una serie de contaminantes presentes en los fertilizantes minerales como, por ejemplo, el cadmio.
La razón, como explicó el ministro de Economía de Rumanía, Niculae Badalau, en un comunicado, es que metales como este «pueden suponer un riesgo para la salud humana, animal o vegetal, para la seguridad o para el medio ambiente».
De esta forma, como explican desde el Consejo de la UE, el nuevo reglamento armoniza los requisitos para los fertilizantes producidos a partir de minerales fosfatados y de materias primas orgánicas o secundarias y abre así nuevas posibilidades de producción y comercialización a gran escala.
La entrada en vigor del reglamento se producirá veinte días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE, pero no empezará a aplicarse hasta tres años después. De ahí que los fabricantes tengan todavía un tiempo para adaptarse.
Será entonces cuando los productos fertilizantes de la UE que lleven el marcado CE habrán de cumplir una serie de condiciones para acogerse a la libertad de circulación en el mercado interior de la UE. Entre ellas, han de incluir los niveles máximos obligatorios para contaminantes, el empleo de categorías de materiales componentes definidas y requisitos de etiquetado.
De todas formas, los fabricantes que no lleven el marcado CE tendrán aún la posibilidad de comercializar sus productos a escala nacional.